sábado, 31 de julio de 2010

quit

De repente se encontró en el medio de la oscuridad. Buscó impaciente algún rasgo de familiaridad que le indicara en donde estaba pero no pudo distinguir nada, tan solo sombras que bailaban como fantasmas de neblina en diferentes gamas de aquel lugubre color. El mismo cielo se mezclaba con el suelo en un horizonte indistinguible. Empezó a sentir que aquella oscuridad siniestra se le adhería, invasiva, a la piel. Poco a poco aquella negrura la fue consumiendo hasta que finalmente de su luz no quedaba nada, estaba petrificada y totalmente ciega. El único rasgo de humanidad que allí quedaba era su voz… Pero no se atrevía a hablar, no podía pronunciar ni una palabra, permaneció allí como una estatua durante unos momentos, escuchando los rítmicos latidos de su corazón, agitados. Entonces gritó para verificar si aún seguía allí... pero su grito se ahogó en aquel abismo ¿Acaso estaba muerta? No, estaba perdida. Entonces la soledad que hasta entonces no había notado, se volvió violentamente embriagadora, empezó a destruirla de adentro hacia afuera mientras ella esperaba paciente su final. Sintió como las lágrimas negras rodaban por sus mejillas y una sensación amarga pero reconfortante le recorría el cuerpo, era el dolor, signo de que aún estaba viva. Algo en ella le decía que se detuviera, que era un sinsentido dejarse llevar por la muerte cuando su alma pedía piedad. Sin embargo aquella agonía tenía que terminar, e idiota eligió el camino más facil en lugar del camino de vuelta hacía a si misma.

jueves, 29 de julio de 2010

I hope you are not lonely, society

Soy parte de una sociedad consumista, capitalista, dependiente del imperialismo yankee, ignorante hasta extremos impensables e indignantemente indiferente ¿Y lo peor? A la búsqueda de la homogeneidad de una masa que de momentos parece carecer de individuos con pensamiento propio, sobrepoblada de ingenuos influenciables que sufren de la ignorancia impuesta por el mismo gobierno que se hace llamar democrático. Vivimos una crisis de gobernabilidad tan visible como la corrupción que termina doblegando a cualquier agrupación política argentina. Una mirada optimista permitiría aceptar que todavía hay seres humanos con carácter propio conviviendo en este grupo de gente, sin embargo sería irrealista pensar que hablamos de una mayoría. Y aparentemente hoy en día no hay espacio suficiente para que las voces de las minorías hagan eco y sean oídas por algunos otros indefinidos. Aquellos grupos que podrían haber sido calificados de radicales, en cuanto a su pensamiento, han sido desplazados por el desencanto resultante de ser la oposición, han sido silenciados y frustrados en todo intento por cambiar el rumbo decididamente definido por unos pocos incapaces de representar a la mayoría. Quizás lo más indignante sea la estúpida obsesión de algunos con la normalidad, con lo que se piensa correcto por ser lo típico, lo asimilable, la costumbre y lo de siempre, que nos ha definido por tantos años terribles ¿Y cuál sería la solución? ¿Aislarse de esta sociedad enfermiza? Jamás, el aislamiento significaría permitir que esta sociedad exclusiva lo sea cada vez más, queramos o no, somos parte y debemos expresarnos a pesar de que nadie quiera oír, gritar si es necesario, tal vez alguien se detenga a oír. Posiblemente no, de todos modos reconocernos dentro de la masa dice algo: somos alguien, individuos capaces de pensar, sentir y expresar ideas propias, diferentes, contradictorias,reales.
Argentina vista del otro lado.