De a poco nos estaba envenenando a todos, pequeñas dosis diarias a la larga se volvían mortíferas... Dejar de consumirlas era imposible, no por su contenido brutal y desgarrador sabor a locura, sino por el proveedor que era insistente como manipulador, cuya forma familiar lo hacía más adictivo que la misma droga.
Mañanita soledad de domigo, y yo pasenadpo por entre tus cosillas. Genial siempre.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
esto es un PNT para mi "huerta"??
ResponderEliminarjaja!
nah hablando en serio, no me deja de sorprender como en tan pocas palabras siempre me dejas sin habla y pensando
sos una gran pensadora nena :)
te amoo <3