martes, 10 de agosto de 2010

broken flowers

Se acercó a aquel puesto propio de los eternos románticos y observó con detenimiento; cientos de flores que de no ser compradas, serían depuestas a la brevedad porque el total de su vida era un instante fugaz. Escondidas, como avergonzadas de su carácter antinatural, casi en un rincón, estaban aquellas artificiales, las flores más exóticas e imposibles de imaginar, aún así igual de bonitas que las otras… Le pareció una insensatez que el florista las tuviera tan apartadas. Haciéndose el distraído se acercó lentamente al anciano que gauchesco tomaba mate y lo miraba con detenimiento… El viejo, macanudo, le preguntó en que podía ayudarle. Y el joven, tras pensarlo un momento se lo preguntó.


-Las flores de plástico nunca mueren… No brillan, no tienen ese atractivo aroma ni esos colores tan puros, sin embargo, son eternamente bellas y a veces, eso es lo ٕúnico importante; la constancia y la continua perfección; pues no se marchitan. Son totalmente indiferentes, como clones sin alma que intentan imitar lo inigualable; no será suficiente pero es una cuestión de disponibilidad lo que las hace tan deseables, las flores de plástico siempre están allí; independientemente de la falta de atención; No requieren cuidados, ni ningún tipo de reciprocidad, el tiempo y la falta de contacto no les afecta- dijo el viejo y se tomo un mate, el discurso que hasta entonces le había parecido ilógico continuó en una frase que lo cambió todo:
-Las flores de plástico nunca mueren... porque nunca han vivido-.


2 comentarios:

  1. este lo empece a leer pura y esclusivamente por el tema y me termino encantando.
    la imagen del viejo sabio, al que no pude evitar imaginar como Martin Fierro xD me encanto y toda la descripcion de la flor de plastico es hermosa mery :)
    y me sorprende el hecho de que este es el primer escrito tuyo que leo y esta escrito con un protagonista hombre

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  2. Encantador blog el tuyo, un placer haberme pasado por tu espacio.


    Saludos y un abrazo.

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