-Cuando te aburras ¿Me dejas?- me dijo sincera e inconsciente de que torcería sus parcialmente mal elegidas palabras hasta ahorcarme con las mismas. Con su reformulación de la petición que me hacía a diario, había resumido con palabras breves pero intensas mi idea sobre las relaciones de las personas. El aburrimiento conduce al abandono inesperado, los tiempos desencontrados, las diferencias en cuanto a criterios de aburrimiento, lo que basta, lo que falta y lo que sobra, condiciones de todo vínculo con algún externo que como todos esta a la búsqueda de satisfacer sus intereses propios, olvidando que trata con otro ser humano con las mismas necesidades transformadas por la subjetividad y el ordenamiento de las prioridades propias. Claro que con frecuencia dichos intereses o prioridades podrían coincidir con los de algún ajeno, y llevar al común acuerdo. Pero no seria incomún que esto fuese de lo contrario y condujera al conflicto, al choque, al caos total. Lógicamente, no sería extraño que los involucrados intentaran salvar lo insalvable y posiblemente se esforzarán por buscar alguna suerte de punto de equilibrio, siempre y cuando este existiese. Por supuesto, como todo, es cuestión de voluntad... Con fé de no tener que renunciar a la misma y como dijo Alem, que se rompa pero que no se doble. Tristemente, hombres como este cuyos principios son admirables y cuyas tan célebres frases trascienden la frontera del tiempo terminaron suicidandose ante la frustración consecuente de la reluctancia a pactar. ¿Cómo es que las relaciones humanas me llevan a hablar de la historia argentina? No se, pero una vez leí que conociendo el pasado, comprendemos el presente y nos anticipamos al futuro. C'est seulement une opinion pero impedir que la historia se repita, podría ser ventajoso.